En mi caso, el efecto secundario más traumático de la quimioterapia ha sido perder el cabello.
Durante el proceso también se fue el pelo del resto del cuerpo, pero su pérdida no me supuso ningún disgusto, al contrario, ha sido muy práctico dejar de lado por un tiempo la depilación.
Tengo que exceptuar el tema cejas y pestañas, el cual también me tocó bastante la moral. 

Puede sonar superficial y absurdo que en mi situación, en la cual lo más importante es simplemente curarse, este aspecto temporal y reversible haya sido algo tan dramático para mí.
Hay personas a las que no les importa en absoluto o tal vez no lo viven con tanto lamento como yo, y las admiro, pero no puedo negar el hecho de que para mi sí ha sido algo muy importante y duro de llevar (a días mejor, a días peor). 

Tengo 28 años y siempre he llevado una melena bastante larga. Jamás he llevado el pelo corto exceptuando cuando era pequeñaja, cuando mi padre me cortaba el pelo estilo champiñón, totalmente a traición absoluta, para, según él, que yo tuviera un pelo súper sano (como si me fuera a quedar calva por llevar melenilla) y mi madre tampoco es que luchara por mi imagen y cedía a tal aberración. 

En mi opinión, es el efecto secundario más visual y físicamente impactante. Te despiertas por la mañana y te ves calva y sin cejas y piensas: joder, estoy enferma, esto es serio. 

Los otros síntomas son duros porque agonizas de dolor, cansancio o tienes molestias varias pero no se externaliza de una forma tan evidente, es un sufrimiento interno digamos. 

Total, desde que supe que me quedaría más calva que una bombilla, mi mayor búsqueda de respuestas y soluciones a tal hecho ha sido sobre el cabello durante la quimio: cuándo se cae, cuándo vuelve a salir, cómo sale luego, qué soluciones hay, qué pelucas usar, qué pañuelos, etc. 

En este post mi intención es explicaros cómo lo he vivido y vivo yo (ahora estoy con las sesiones de Taxol, ya os contaré más adelante) y pretender daros esas respuestas que yo he estado tan alocadamente buscando y recopilando. 

Antes de empezar con la explicación, quiero recordar que no todos los tratamientos y tumores son iguales, y que mi experiencia se basa en un cáncer de mama Her2+ el cual está siendo tratado con 4 sesiones de quimioterapia de AC y 12 de Taxol y anticuerpos.
Dependiendo del tipo de quimioterapia, la dosis a recibir y también de la persona (hay personas afortunadas que casi no viven los síntomas negativos), los efectos secundarios pueden ser muy distintos. No con todas las quimioterapias se pierde el cabello. 


QUÉ HICE AL SABER QUE SE ME CAERÍA?

Lo primero que hice fue insistir a mis médicos y especialistas sobre si era seguro al 100% que me quedaría sin pelo y marear a toda mi familia y amigos con el tema. 

Yo quería confiar en que tendría mucha suerte y que no se daría el caso. Al ser morena y tener tanto cabello tenía la pequeña esperanza de que tal vez la quimio haría una excepción conmigo. Pero no fue así.
Los médicos me decían que con las AC se cae, que lo raro sería lo contrario. 

Para ir mentalizándome, me fui cortando el pelo. Primero a la altura de los hombros, luego un poco más, sin notar por primera vez en muchos años el roce de mi pelo con la espalda. Después me hice flequillo para ir tanteando el terreno de tener el pelo corto. 

Quise seguir probando poco a poco pero ya no me dio tiempo. Se cayó antes de poder seguir experimentando. 

Como podéis ver no me tiré demasiado a la piscina. En este aspecto soy la típica chavala sosa que siempre ha llevado el pelo igual, sin recogidos ni cambios de look notables. Para mi estos pequeños cambios fueron algo ya “radical”.


CUÁNDO SE ME CAYÓ EL CABELLO?

A los 14 días de mi primer chute de AC se me empezó a caer el pelo.  Al cabo de tres días fui a la tienda de pelucas y me rapé la cabeza. Misteriosamente ese día no lloré.

La cosa empezó así:
Estaba desayunando, llevaba una coleta y al deshacerla vi un montón de pelo en la goma. Me fui al baño y empecé a tocarme la cabeza para ver qué pasaba. Mis manos se llenaban de pelo más de lo habitual. 

Lloré un montón, me impactó bastante. Llamé a la tienda de pelucas y la mujer me dijo que fuera en un par o tres de días y que ella me raparía y me haría un peeling en la cabeza para calmarla (el cual me sentó bien).

En mi caso, me dolía muchísimo la cabeza con la caída del cabello, tenía que hincharme a antiinflamatorios y aún así me molestaba bastante. Me comentaron que es algo que suele pasarle a muchas mujeres que tienen bastante cantidad de cabello y fuerte. El pelo quiere salir y lucha por lograrlo y tu cabeza sufre. Me molestaba hasta apoyarla en la almohada. 

Durante las AC me ha ido molestando a días, no me llegué a quedar calva del todo, tenía pelillos bastante pobres que se caían si los pegaba a un trozo de celo, pero calva en plan Don Limpio no he llegado a estar (pero vamos, como si lo hubiera estado, no os imaginéis pelo propiamente dicho). 


QUÉ MEDIDAS TOMÉ?

Como ya he comentado, esto va a personas: Hay a quien no le importa ir sin nada en la cabeza, hay quien opta por usar pañuelos oncológicos o están las que prefieren comprarse una peluca. 

A mi me ha pillado en pleno invierno y es una locura el frío que se tiene en la cabeza. Ir sin nada en esta época del año es poco viable. En verano tampoco lo es mucho, a no ser que te barnices con crema solar protectora constantemente para evitar catástrofes. 

Lo primero que hice fue ir a tiendas físicas de pelucas para poder probarlas en directo. 

Con mi mentalidad poco aventurera en el tema melena, buscaba un look que no se saliera de mi estética conservadora. Iba buscando pelucas morenas, lisas y por los hombros. Más larga puede ser molesto por varias razones: calor, durabilidad, precio. 

Hay tres tipos de pelucas oncológicas (no confundir con las de carnaval que nada tienen que ver) si nos basamos en el material: las de pelo sintético (plástico que parece pelo real), las de pelo natural (pelo real donado que puede ser moldeable) y las de pelo virgen (pelo también natural que normalmente viene de países como India, el cual nunca ha sido tratado con productos químicos y se usa para hacer una peluca perfectamente a medida). 

Las más económicas son las sintéticas, seguidas por las de pelo natural que duplican el precio de las anteriores, y por último, las más caras son las de pelo virgen, que rondan los tres mil euros. 

También se puede diferenciar el tipo de peluca por cómo están cosidas: si a mano o a máquina. Evidentemente son más caras las cosidas a mano. La diferencia es que unas están cosidas pelo a pelo y las otras a mechones digamos.
Basándome en mi experiencia, eso es algo que puede importar principalmente si vas a querer una peluca sin flequillo: si está cosida a mano el nacimiento del cabello queda mucho más natural. El pelo sale directamente de una red muy fina que se camufla con tu piel y parece que los pelos salgan de tu cabeza. Con una cosida a máquina no tienes ni ralla del pelo en la cabeza, es decir, no se ve en ningún momento de dónde salen los cabellos. Si la compras sin flequillo se puede ver raro y tal vez se asome la tela en la que están cosidos los pelos.
Al final del artículo colgaré unas fotos para que se entienda mejor.

VOLVIENDO AL TEMA: 

PELUCAS

Mi primera compra fue una peluca de pelo sintético de la marca Ellen Wille, modelo Icone, color Espresso. Costó 690 euros, regalo de mi abuela y mis padres. 

La compré en la tienda Daniel Céspedes localizada en mi ciudad, Tarragona. Fui excelentemente atendida por Àngels, una mujer muy atenta y agradable, la cual me hizo sentir muy cómoda ante una situación bastante traumática para mi.

No veas el susto que me llevé al saber que eran tan caras. Una de pelo natural equivalente a la mía costaba 1.500 €. 

No se recomienda que la longitud de una peluca sintética pase de los hombros porque con el roce se estropea fácilmente. Si quieres una más larga, para curarte en salud debería ser de pelo natural. En todo caso, si es sintética, puedes ir recortándola cuando empiecen a pelarse las puntas.

Ésta Ellen Wille es una peluca cosida a mano y sin flequillo (por eso valía la pena que fuera cosida manualmente), y si no sabes de mi situación ni de coña te enteras de que llevo peluca. Muchísimo te tienes que fijar. 

La compré sintética por precio y mantenimiento. Las de pelo natural juegas con la ventaja de que puedes moldearla a tu gusto y hacerte peinaditos. La de pelo sintético no puedes modificarla ni secarla con secador ni planchas porque se derretiría y estropearía. 

A mi ya me parecía bien no tener que estar peinándome un pelo y a cambio tener siempre un look perfecto. Parece que salgas siempre de la pelu, ni humedad ni sudor pueden con ella.  

Al cabo de los meses me compré una segunda peluca sintética por internet. Esta vez era rubia, más cortita, más barata, con flequillo y cosida a máquina. Mi idea era camuflar la despoblación de mis cejas y dar un poco de luz a mi aspecto algo vampírico con las quimios.
Antes de comprarla miré varios videos en Youtube de mujeres que explicaban y valoraban el producto según su criterio. Acabé convencida y me lancé a comprarla. 

Ésta la localicé en una tienda llamada www.boutique-cancer-de-mama.es por 105€. Si no estabas satisfecha con la compra, podías devolverla. Leí las condiciones antes de comprarla, me parecía muy barata comparado con todo lo que había visto y me daba miedo encontrarme con algo de mala calidad y haber tirado el dinero.

Pero no fue así, me llevé una grata sorpresa y me arrepentí de no haberla encontrado antes. 

La marca de la peluca es René of París, modelo Tori, color Cream Toffee-R.

Muy cómoda, buena sujeción y con un corte muy favorecedor. El pelo de ésta me resultaba más agradable al tacto y con más movimiento que la peluca de Ellen Wille.
La atención de la tienda online muy buena. Me regalaron con la compra una pulsera con un lazo rosa simbólico por el cáncer de mama, una malla para la cabeza (por si tuviera pelo) y unos botecitos de champú para lavar la peluca. 

 

PAÑUELOS

A parte de las pelucas, me compré pañuelos oncológicos. Empecé comprando uno y acabé teniendo cuatro. 

Los uso para dormir (si no se me congela la cabeza), para estar por casa o para hacer deporte (combinándolo con un flequillo oncológico). 

Mis pañuelos están hechos con bambú (primera noticia para mi saber que existían complementos hechos con este material) el cual se caracteriza por ser un tejido suave, agradable, transpirable, que respeta la ventilación de la cabeza, a la vez que aporta frescura en verano y calor en invierno. 

La marca por excelencia de este tipo de productos es Christine Headwear.

Hay muchísimos modelos distintos y yo soy incapaz de localizarlos por el nombre, pero entre los dibujos, fotografías y descripción nos apañaremos.

Estos serían los que yo compré:

1. Gorro combinable:
Lo uso para ir a dormir principalmente. Está compuesto por dos piezas: el gorro base holgado y la diadema-turbante para dar volumen y sensación de que hay algo debajo y no solo cráneo.
Para dormir uso sólo el gorrito. Es cómodo, sin nudos ni costuras. Queda como el culo sin la cinta, parece que lleve una braga de abuela en la cabeza al no tener pelo debajo, pero como es para dormir tampoco pasa nada. 

El kit completo queda guai en modo calle, combinado con el flequillo falso que luego os contaré en qué consiste.
También lo uso como base en mi invento para ir a hacer deportes en los que peligra la sujeción de tal experimento. Más adelante os lo explico también. 

Él mío es liso y azul claro. 

2- Turbantes:
Consiste en un gorro anudable del cual salen dos tiran de tejido con las cuales puedes hacer diferentes looks y dar sensación de volumen.
Estos dos turbantes los uso para estar por casa, para ir por la calle con mis flequillos falsos y como cubre invento para hacer deportes moviditos. 

Los míos son uno liso negro y el otro liso color tejano. 

3- Gorro yoga:
Este último sí recuerdo el nombre (yoga). Lo compré porque parecía que lo recomendaban para hacer deporte. Es bastante ajustado, parece que tiene mayor sujeción. Para mi gusto, por mucho bordado que tenga para dar sensación de volumen, queda un poco rollo gorro de piscina si no tienes pelo. 

Combinado con el flequillo oncológico queda bien, pero puestos a escoger prefiero los turbantes. 

También lo he usado para dormir pero el gorrito del primer punto es más cómodo. 

El precio de éstos oscila entre los 30 y los 60 euros aproximadamente, dependiendo del modelo.

Los he comprado tanto en tienda física como por internet y lo venden por el mismo precio normalmente. 

 

DIADEMAS POSTIZAS 

Un gran descubrimiento para mi fueron los “flequillos oncológicos” o “diademas postizas” (bandhair) de la marca Ellen Wille. 

Sólo hay dos modelos (en una amplia gama de colores oscuros y claros básicos): el modelo Mint ( pelo más cortito) y el Sage (más largo).

Primero, siguiendo la tradición en mi sosez a la hora de innovar, me compré uno castaño  del modelo Sage. Más adelante acabé innovando y me compré uno rubio claro también Sage, el cual me enamoró. 

La gracia de estos flequillos es que son mucho más baratos que una peluca, van genial para hacer deporte, ya que con la peluca sudas como si llevaras una bolsa de la compra de plástico en la cabeza. Transpira más y además la peluca no se estropea.
Aunque también debo añadir, que después de encontrar la peluca Tori de René of París a un precio más asequible, me planteé simplemente comprar otra y usar una para hacer ejercicio y la otra para el resto de actividades. 

Consiste en una especie de diadema de pelo al estilo monje monástico católico. Tienes que usarlo combinado con un pañuelo o gorro, sino no tiene sentido alguno su uso (por lo menos según mi concepto de la moda actual). 

La primera me costó 70 euros en una tienda física de Barcelona llamada Animare. 

Cuando busqué por internet para adquirir la segunda pieza en rubio, las encontré por unos 60 euros sin gastos de envío, en algunas tiendas incluidos en el precio. 

Buscando y rebuscando me topé con una tienda llamada www.lamaisondelcabello.es donde los vendían por 30 euros. Al principio desconfié por la diferencia de precio, pero hice el pedido y quedé muy contenta con la compra. 

Cuando tengo un evento especial o voy a hacer deporte y no quiero estar preocupada por si se me cae o mueve la peluca o la diadema, uso celo de doble cara especial para la cabeza. Lo compro en tiendas físicas de pelucas o por internet. Da un  gran plus en seguridad. 

Como he comentado más arriba, cuando hago deporte uso los flequillos postizos en vez de las pelucas. 

Los deportes que practico (yoga y krav maga) son especialmente delicados con el tema cabeza: el yoga por sus posiciones invertidas y el krav maga por sus movimientos y contacto con los compañeros. 

Para curarme en salud, los días que podía asistir a estas clases, me fabricaba el siguiente apaño: flequillo oncológico pegado a la cabeza con celo de doble cara + gorrito fino sin costuras atado al flequillo con horquillas + pañuelo turbante para cubrir el invento.
Esta combinación me aseguraba que no se cayera ni el flequillo ni el gorrito evitando un susto tonto.

Una persona normal iría con el pañuelo y se dejaría de tonterías pero yo soy así de presumida y me gusta no verme enferma, cosa que con el pañuelo sólo se hace más evidente. 

Para ir a caminar o otro tipo de actividades físicas voy con peluca, pero para practicar deportes movidos, al ser plástico sudo demasiado y me resulta molesto. Pero repito, si pudiera tener dos pelucas  cortitas e ir combinándolas, tampoco me parecería mal plan. 

CEJAS Y PESTAÑAS

Para finalizar, quiero hablar del tema cejas y pestañas. 

Actualmente estoy a medio gas con ellas (he acabado con las AC y estoy a mitad de las sesiones semanales de Taxol). 

Tengo pestañas pero la mitad que antes. Las cejas están en alerta máxima.

Mi estrategia usada con las cejas ha sido comprarme por internet (Amazon) un producto llamado WUNDER2 de la marca Wunderbrow gel de cejas (hay diferentes tonos).

Hay muchos videos por Youtube e Instagram sobre este producto y la verdad es que estoy muy muy muy contenta con él. Da mucho el pego. Es como un lápiz de cejas pero a pincel el cual dura sin borrarse tres días, evitando que se deforme o borre al tocarte la cara sin querer. Para poder aplicármelo mejor, compré (también por Amazon) el Wunder2 Cepillo dual de precisión. Yo que no soy ninguna experta en la materia he sido capaz de usarlo sin dificultad. 

Respecto a las pestañas, lo que he hecho ha sido usar bastante maquillaje de ojos.
Me pongo un poco de sombra por arriba y por abajo en tonos marrones, uso el lápiz de ojos y el eyeliner negros. En las pestañas me aplico de base la máscara de pestañas Maximizer de Dior, que ayuda a fortalecerlas y a dar volumen, y encima me pongo un rimmel cualquiera, en mi caso uno de Lóreal. 


Aquí os adjunto algunas imágenes relacionadas con el texto sobre los resultados en mi experiencia. Espero que os sean de utilidad. 

Hasta pronto!


Peluca de Ellen Wille cosida a mano con efecto raíz. 



Peluca de René of Paris cosida a máquina. 



Diademas postizas de Ellen Wille. 



Mi cabello antes de empezar con el tratamiento. 



Con la peluca de Ellen Wille puesta. 



Con la peluca de René of Paris puesta. 



Con las diademas postizas de Ellen Wille.