Como ya comenté en el artículo de mi experiencia con el Diablo Rojo (la quimio nazi por excelencia del cáncer de mama), después de pasar esas cuatro infernales dosis cada 21 días, me tocaba empezar las dosis semanales de Taxol (Taxol es el nombre comercial y Paclitaxel el nombre genérico).

En mi caso fueron 12 sesiones. Empecé el 13 de marzo de 2018 y acabé el 29 de mayo de este mismo año. No fallé ninguna sesión, seguí teniendo tolerancia excelente al tratamiento gracias al seguimiento de mi farmacéutica especializada en el acompañamiento oncológico, Helena Molero.

El día 29 de mayo fue uno de los más bonitos de mi vida. Saber que era el último día que estaba enchufada a la bomba de veneno era una sensación de felicidad infinita y difícil de creer. Además me quitaban el catéter del brazo! Qué fino salió! Lo complejo que es ponerlo y qué fácil quitarlo. Fue genial poder ducharse al fin sin el manguito!

 

Fotos de cómo me quitaron el PICC. Nada, ni es un proceso largo ni duele!

Fue un día muy especial que celebré y disfruté rodeada de personas queridas; felicitaciones de mi familia, amigos y personas que me han apoyado y ayudado en este largo proceso.
Ese día me costó dormir de la emoción, estaba felizmente hiperactiva. Eso sí, luego os cuento cómo fue la semana siguiente a mi alegría…

 

Pero vayamos al lío…


DÍA DE QUIMIO! 

Mis días de quimioterapia fueron los martes de cada semana (exceptuando alguna semana que me lo cambiaron a miércoles por ser festivo, como por ejemplo el uno de mayo, al ser el día del trabajador, que caía en martes). 

La rutina era la misma que con las sesiones anteriores de quimioterapia, aunque el primer día, al ser un nuevo producto, sueles estar más horas en el hospital para ver si tienes reacción alérgica o surgen efectos secundarios inesperados. Te introducen el producto de forma más lenta y van observando cómo evolucionas. 

En mi caso me dejaron un timbre a mano para llamarles en caso de complicación. Me dijeron, palabras textuales: “Si notas picores por el cuerpo o que te asfixias y no puedes respirar, aprieta el botón”. Fueron palabras muy tranquilizadoras, sí. 

Por suerte no tuve ninguno de esos efectos secundarios, aunque tuve otro no tan común, se me dormían partes del cuerpo, primero los pies, luego la cara.
Eso provocó que mi primer día pasara seis horas en esa magnífica butaca, que la primera hora parece cómoda, pero al minuto 61 empiezas a odiar cariñosamente.
Por suerte eso sólo fue el primer día. Decidieron ponerme un poco más de ‘Polaramine’ para las siguientes sesiones, un antiestamítico para evitar las reacciones alérgicas, y así curarse en salud para que no fuera a más. Parece que funcionó. 

A parte de las quimioterápias semanales, cada 21 días me añadían una medicación extra que explicaré con más detenimiento en otro artículo, los llamados anticuerpos: el Pertuzumab y el Trastuzumab (comercialmente llamado Herceptin).
Se está estudiando la posibilidad que de cara a un futuro, mi tipo de cáncer (Her2+), se pueda combatir sin necesidad de quimioterapia, usando sólo estos anticuerpos, los cuales parecen actuar poderosamentre sobre este tipo de cáncer hormonal, y así poder evitar hacer sufrir los duros efectos de la quimio a futuros pacientes. 

Mis visitas al médico con estas 12 sesiones se distribuían de la siguiente manera:

1ª, 4ª, 7ª, 10ª SESIÓN DE QUIMIOTERÁPIA (DÍA COMPLETO)

  • Analítica de sangre entre las 7h y las 8h am.
  • Visita con mi oncóloga unas 3 horas después de la analítica para resolver dudas y preocupaciones, analizar el estado de salud y confirmar que estoy apta para recibir la siguiente dosis e ir a pedir hora para administrármela.
    *Antes aceptaba la hora que me dijeran, que solía ser de cara al mediodía, y cuando llegaba a casa pues ya poco podía hacer por la tarde porque estaba demasiado zombie. Un día que mi mejor amigo me acompañó al hospital y vió lo eterno que se hacía el día me dijo: “Oye, y si pides que te la pongan a última hora de la tarde, y así cuando llegas a casa te vas directa a dormir?”. Esta fue una idea brillante que empecé a aplicar, sobretodo para las sesiones en las que no tenía que hacer ni analítica ni visita oncológica, sólo quimio.
  • A la hora disponible, recibir la dosis intravenosa por el PICC de Taxol.
  • Recibir también vía intravenosa el anticuerpo Pertuzumab.
  • Recibir una inyección subcutánea de Herceptin (Trastuzumab). Tardan en inyectártela 5 minutos LITERALMENTE.

  • La primera vez, cuando me decían que tranquila, que tan sólo eran cinco minutillos pensaba: Claro, lógico, como con cualquier vacuna, lo que tardo en subirme la camiseta, que me pinches, ponerme la tirita y todo eso.
    Luego descubrí que era en sentido literal cuando la enfermera sacó el móvil para usar el cronómetro y medir el tiempo exacto que se tomaba en inyectarme cuidadsamente el producto. Se ve que es un líquido potente y que si no te lo inyectan poco a poco, puede provocar dolor, hematomas y picores entre otras cosas.
    Las dosis con el anticuerpo Pertuzumab fueron sólo cuatro, pero el total de vacunas de Trastuzumab se alarga a 18 tandas. Por lo tanto, aunque acabe con la quimio, tengo que seguir yendo al hospital a que me pongan la vacuna de Herceptin cada 21 días hasta llegar a las 18 dosis establecidas. 
  • Añadir los sueros fisiológicos que te administran entre dosis y los polaramines para evitar  posibles reacciones alérgicas.

2ª, 3ª, 5ª, 6ª, 8ª, 9ª SESIÓN DE QUIMIOTERÁPIA (SÓLO TAXOL)

  • Administración de Taxol y sus correspondientes complementos (sueros y polaramine).
    Como ya he comentado más arriba, antes me lo administraba por la mañana o mediodía hasta que hice caso a la recomendación de mi amigo de ir a última hora (sobre las 18h , así salir sobre las 20.30h del hospital, cenar e ir directamente a dormir). Así, antes de la dosis podía hacer cosillas y aprovechar un poco el día, ya que después de los antiestamínicos que te enchufan para las alergias, te quedas bastante dormido o chafado. 

LA SEMANA DESPUÉS DE LA DOSIS 

Tal y como anunciaban mis médicos y compis de batalla, nada tiene que ver el Diablo Rojo con el Taxol. Si comparamos este tratamiento con el primero, éste es pan comido (por lo menos en mi caso).

Cabe recordar que depende muchísimo de la edad del paciente, el estado de salud, la cantidad de dosis y sobretodo del tipo de cáncer, ya que el tratamiento puede ser muy distinto y los efectos secundarios pueden variar. Hay gente que lo pasa mejor, otra peor.

Yo hablo desde mi experiencia, basándome en que, según mis médicos, al ser joven, me han dado caña y experimento los efectos secundarios que suelen ser frecuentes en este tratamiento.

Mi intención al compartir mi proceso, es que pueda servir para ayudar a esas personas que estén pasando por el mismo bache que yo.  Si los síntomas son parecidos, tal vez mis consejos puedan ser útiles para paliar las molestias. 


EFECTOS SECUNDARIOS DEL TAXOL

Aunque distintos, el Paclitaxel también provoca varios efectos secundarios. La diferencia principal es que el Diablo Rojo te deja hecho un cristo, en cambio ésta quimio toca bastante las narices pero te deja hacer una vida más normal (con limitaciones pero más normal).

Las semanas que me añadían los anticuerpos estaba peor. La primera sesión de todas tuve bastante fiebre y un malestar insoportable; las siguientes estuve mejor. 

Con el Taxol, el malestar me solía llegar al cabo de 3 días después de la dosis. En mi caso me la daban el martes, entonces el viernes era mi peor día. Sentía un dolor general de cabeza y cuerpo, sobretodo por la zona de la espalda y en las articulaciones. 

Con estas quimios podía comer sin sentir náuseas ni vomitar; durante las sesiones de quimio me llevaba algo para picar y agua o una Greencola para hacer más ameno el tiempo que dura el proceso (2 horas y cuarto más o menos los días que no me ponían los anticuerpos). 

Pero existen más efectos secundarios a parte de estos que explicaré a continuación, explicando qué he hecho para paliarlos: 

  • Dolor general de cuerpo y articulaciones: Con este tratamiento he sentido, dependiendo del día, mas o menos dolor. En mi caso el dia de quimio, al llegar a casa, sentía dolor, al día siguiente me encontraba mejor, y al cabo de tres días volvía a tener bastantes molestias. Pero no ha seguido un patrón fijo, ha ido variando dependiendo de la semana.
    Las molestias en las articulaciones me ha durado hasta un mes después de acabar la quimio.
    En general, es como el dolor de una gripe con fiebre, y poco he podido hacer para evitarlo. Básicamente he tomado antiinflamatorios como el Ibuprofeno, y también Paracetamol para el dolor. Lo típico vamos.
    No ha sido una sensación tan horrible como con la primera quimio pero sí ha sido molesto.
  • Regusto metálico en la boca: He podido comer normal y sin notar que comía chatarra como me pasaba con el Diablo Rojo; pero aun así a veces sentía el regusto metálico en la boca y tenía que beber agua o lavarme los dientes para quitármelo.
  • Piel sensible al sol, sequedad y rogeces cutáneas: Con este tratamiento, he visto mi piel peligrar, sobretodo la del rostro. Con el Taxol mi piel ha estado mucho más sensible: Alerta máxima al sol, imprescindible usar crema +50. Un día estuve más horas de las previstas bajo el sol sin volver a echarme crema y se me quemó la naríz como si me huvieran arrancado la primera capa de piel, estaba a carne viva. Muy curioso.
    También, sobretodo los días de quimio + anticuerpos, tenía la piel de la cara mucho más sensible, con rogeces y erupciones.
    La piel de mi cuerpo en general, estaba sensible hasta al contacto con las sábanas.
    Mi recomendación en este caso es seguir usando los productos que mencioné de la Roche Posay en su gama de cremas, recomendados para pacientes en tratamiento oncológico: gel de ducha, crema hidratante corporal y facial, deshodorante, protección solar, desmaquillante de cara y ojos y cicaplast para cuando la piel está muy tocada (que es la que se usa también para la radioterapia).
  • Entumecimiento y hormigueo en manos y pies: Esta sensación fue apareciendo aproximadamente a la mitad del tratamiento. Notaba los pies y las manos muy sensibles e irritados a la vez que medio dormidos.
    En mi caso, primero empecé a sentir molestias en la planta de los pies, donde me salieron ampollas bastante grandes y sentía un peculiar picor. Luego esa sensación se fue focalizando en los dedos de los pies. Cualquier golpe o roce era bastante doloroso, aunque creo que este punto está bastante relacionado con el que explicaré a continuación sobre las uñas.
    Durante las siguientes sesiones, el dolor y la sensación de hormigueo fueron cambiando de zona, y ahora era el turno de las manos y sus dedos.
    Untarme por las mañanas y por las noches las manos y los pies con la crema Cicaplast de la Rose Posay me ayudó muchísimo a aliviar esas molestias.
  • Uñas quebradizas, abombamiento, cambio de color y desprendimiento: Otro síntoma que ha ido apareciendo durante las últimas sesiones de quimio ha sido la de ver como mis uñas se iban “pudriendo”, separando de la carne, cambiando de color hasta llegar, ya acabando la quimio, a ponerse verdes y negras. Así de bonitas se me empezaron a poner las uñas al acabar la quimio:
                                                  
    El principio empezaron a abombarse y a estar muy sensibles. Hasta desenchufar un cable o abrir una lata de refresco era doloroso.
    Me ha puesto de muy mal humor ya que he tenido que ir con mucho cuidado y no he podido ni hacer yoga ni krav maga por el insoportable dolor.
    Además da la sensación de que se van a caer en cualquier momento por lo despegadas que están.
    Uso productos de farmacia para endurecerlas (básicamente laca de uñas regeneradora) e intentar evitar que la catástrofe vaya a más. Luego me las cubro con un pintauñas oscuro para que no se vean las manchas y ya está.
    Algo imprescindible es ir recortándolas a ras de dedo para evitar que se enganchen o sea más fácil sentir molestias.
    Al cabo de las semanas de acabar la quimio, el dolor ha ido menguando mucho.
    Las uñas que tengo peor son las de los dedos gordos de los pies, y en las manos, los dedos pulgares e índices.
    He acabado el tratamiento y no se me ha caído ninguna, aún así hasta que no crezca la uña nueva, están bastante hechas polvo.
  • Pérdida completa de cejas y pestañas: Si con las primeras quimios, mi gran preocupación y  obsesión ha sido perder el cabello, con el Taxol ha sido ver como mis pocas cejas y pestañas han desaparecido por completo al acabar el tratamiento.
    Qué mal trago he vivido y vivo aún casi un més después, al verme con mi rostro despoblado de pelitos. Qué poco valoraba mis cejas y pestañas antes de perderlas y cómo las voy a amar cuando vuelvan!
    No hay familiar, amigo o médico que no tenga la cabeza como un bombo aguantando mis dilemas y cabreos con el tema, la incesante búsqueda de una solución decente y el inconformismo de tener que alargar mi paciencia. Seguramente hasta les haya creado alguna pesadilla nocturna con el tema.
     
    En mi incesante búsqueda, descubrí que hay pacientes que antes de empezar con el tratamiento de quimioterapia, recurren al microblading, tratamiento más moderno que la micropigmentación, en el cual especialistas dibujan pelo a pelo tus cejas mediante unas finas agujas sobre la capa más externa de tu piel, realizando un tatuaje semipermanente. Es un método al cual acuden personas que tienen cejas despobladas, sin forma, que sufren alopecia o reciben tratamiento de quimioterapia.
    Eso sí, en caso de querer realizarlo, debe ser o antes de empezar el tratamiento o después, pero no durante porque la piel está demasiado sensible y puede ser peligroso.
    Hay centros que trabajan con asociaciones contra el cáncer y que realizan de forma gratuita el servicio a pacientes oncológicos (pagando suele valer alrededor de 300 euros). Yo me puse en contacto hace poco con un centro de Barcelona. Me recomendaron esperar a tener por lo menos unos pelitos de guía para saber cómo crecen mis cejas y hacer un trabajo adecuado a ellas para cuando crezcan del todo. Como siempre he tenido las cejas algo despobladas, seguramente me lanzaré a ello. Si es así, ya os compartiré y explicaré mi experiencia.Por ahora lo que había seguido haciendo es pintármelas con el producto que ya comenté, WunderBrow (29 euros en Amazon), el cual dura perfertamente todo el día puesto y da efecto de pelo o por lo menos sensación de volumen, no como un lápiz normal que queda más pobre. Mis familiares y amigos dicen que si no fuera porque doy la tabarra con el tema, ni te fijas en que no tengo pelo y que son pintadas.Más adelante mi madre me compró unas prótesis para cejas. Podríamos decir que es como una peluca pero para las cejas en vez de para la cabeza. Las adquirió en la tienda de Tarragona donde compré la peluca morena, Daniel Céspedes, por 25 euros. Me las habían recomendado el día que fuí allí a raparme y al final me decidí a probarlas.
    Están hechas de pelo natural. Hay que colocarlas de forma correcta para no parecer un emoticono y pegarlas añadiendo una cola especial a comprar a parte (cola tipo la usada para pestañas postizas). 
    Duran un mínimo de 2-3 días pegadas pudiendo llegar a un máximo de siete. Son una pasada. Parece que tengas cejas, NADIE diría que son falsas, a no ser que te pases echando cola (que pasa cuando empiezas a probarlas) y se vea un poco el borde blanquecino del pegamento. Pero ni aún con eso queda mal porque hay que fijarse. Total, que estoy IN LOVE con el apaño nuevo. Me ha ido muy bien para escapaditas que he hecho en las que he tenido que estar días fuera y con gente. He ganado en seguridad y ahorrado tiempo en maquillaje.
    La marca que he usado se llama Final Touch Brows. Hay varios tonos, unas más claras otras más oscuras. Uso las más claras al llevar la peluca rubia ultimamente. La foto no se ve muy bien pero éstas son las prótesis de ceja que uso. Olvidé echarles una foto antes de darles uso:Las pestañas también han muerto. Es espantoso y no tiene demasiada solución. Hay sérums para fortalacerlas pero no puedes aplicarlos hasta al cabo un mes finalizada la quimio. Me recomiendan mucho uno llamado Lilash. Es carillo pero tal vez lo pruebe cuando pase el mes post quimio.
    Me informé sobre las extensiones de pestañas, pero para poder ponerlas necesitas pestañas (lógicamente). Pregunté si para cuando empezaran a salirme era un buena opción y me dijeron que tampoco, porque estarían débiles y caerían tanto las postizas como las mías y aún tardaría más tiempo en recuperarlas.
    Por lo tanto, lo único que he podido hacer ha sido comprarme unas pestañas postizas y usarlas en alguna ocasión especial, pero básicamente lo que he hecho ha sido pintarme mucho los ojos con eyeliner y sombras para disimular la falta de pestañas y ponerle una vela a no sé quién para que vuelvan pronto.
    La marca que compré de pestañas postizas se llama Eylure , modelo Volume 070 Pre Glued, las cuales llevan el pegamento ya incorporado y en principio eso irrita menos el ojo (a parte que son más fáciles de colocar).Médicos y pacientes me comentan que es a partir de mínimo un mes después de finalizar la quimio que empiezan a salir, y al cabo de dos o tres meses que te recuperas del todo.
  • Sangrado de naríz: Cada día me ha sangrado la naríz, nada escandaloso pero sí que he tenido que ir con el clínex cerca. Se me han hecho costritas de sangre en el interior que he tenido que ir limpiando pero no duele ni molesta demasiado.
  • Moqueo acuoso de la naríz: Otra reacción de las mucosas debilitadas ha sido crear sensación de moqueo, haciendo que te gotee una agüilla de la naríz. Es como estar medio resfriado o alérgico. Nada que no se solucione con un paquete de clínex también.
  • Sofocos menopausia: Los sofocos han seguido, y el esprai de agua termal, un abanico y agua cerca han sido buenos compañeros. Tengo que decir que éstos son más flojos que los que he provoca la otra quimio y que al final te medio acostumbras a ellos.
  • Sequedad mucosas vaginales: Igual que con la otra quimio, las mucosas de tono el cuerpo se secan y la piel tira. Los óvulos de ISDIN ayudan a proteger la flora de la zona y cuidar sus defensas. El uso de lubricantes también puede ayudar a evitar esa sequedad. 
  • Alopecia: El Diablo Rojó se encargó de dejarme bien calva y por lo tanto el Taxol no ha ayudado en la recuperación del cabello ya que aunque sea más flojo, no ayuda a su crecimiento.
    Al mes de acabar con las quimios del Diablo y empezar con el Taxol (llevaría 3 o 4 sesiones de Taxol) empezó a salirme pelillo de recién nacida (que para mi fue emocionante porque llega un punto que tanto tiempo calva piensas que te vas a quedar así para siempre).
    Durante estas doce semanas he ido viendo como me volvía a crecer el pelo. Ahora han pasado algo más de 3 semanas desde que acabé con el Taxol, y os puedo decir que aunque salga, no es un pelo decente. Es como de bebé: finillo y poco poblado. No es apto para ir sin peluca (a no ser que te dé igual).
    Me comentan los médicos y pacientes, que al mes de acabar con el Taxol, es cuando EMPIEZA a salir el pelo real, y eso parece. De todos modos, de aquí unas semanas, según la evolución, escribiré sobre el tema.
  • Estreñimiento o diarrea, dolor de estómago: Esta quimio me ha provocado dependiendo de la semana, o diarrea o estreñimiento. Más lo primero que lo segundo. He tenido que tomar Omeprazol los primeros días post dosis porque tenía el estómago muy sensible y Fortasec para evitar sustos con diarreas descontroladas.
    Tengo que remarcar que estos síntomas también aparecieron a la mitad del tratamiento con Taxol. 
  • Recuento bajo de plaquetas y glóbulos blancos y rojos: Como con todos los tratamientos de quimioterapia, hay que cuidar la alimentación y sobretodo ayudar a tus defensas. Yo he seguido tomando los productos que comenté en el artículo del Diablo Rojo: principalmente el Jarabe multivitamínico de la marca Vibracell, y las cepas microbióticas Lactibiane (En este caso Tolerance para evitar más diarreas) de la marca Pileje. Todo guiado por mi especialista Helena Molero Ciutat. 
  • Fiebre: La primera vez que recibes una dosis de Herceptin provoca fiebre, luego el cuerpo se acostumbra a las siguientes. Si no sube demasiado no es grave, simplemente hay que aguantar el bache.
    La quimio en sí me ha provocado sensaciones parecidas a las de la fiebre (dolor general) pero luego me ponía el termómetro y estaba todo perfecto.
  • Fatiga: Como la mayoría de tratamientos de quimio, te deja cansada, chafada, como si estuvieras muy vaga. El cuerpo lleva muchos meses ya de tratamiento y el cansancio es acumulativo.

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SE ACABÓ LA QUIMIO!

Una etapa, la más dura de todas, acaba. Aún queda mucho por delante: la operación quirúrgica, la radioterapia, el Herceptin y la terapia hormonal; pero todo es pan comido después de pasar la quimioterapia (lo digo recién operada, que supuestamente podía ser algo duro y lo estoy llevando bastante bien).

Es posible que la semana después de acabar la quimio te dé un bajón (a mi me lo dió), porque estás en tu peor momento físico. Te ves demacrado y tu cuerpo está cansado de tantas palizas; tienes ganas de remontar de una vez.
Sueñas con volver a poder hacer vida normal y mirarte en el espejo y dejar de tener literalmente cara de quimio.
Todo el mundo que te quiere y se preocupa por ti intenta animarte, te dice que tengas paciencia, que todo se recupera y pronto volverás a brillar.
Tu les comentas que después de esto deberían darte un Master en Paciencia y Positivismo y que ya estás un poco hasta las narices.

Pero pasan las semanas, y ves que empiezas a dejar de sentir dolor, que poco a poco tu cuerpo se va regenerando y que pronto volverás a estar bien, y que valorarás todo aquello que perdiste como nunca antes lo habías hecho. Esbozarás una sonrisa inquieta soñando en algo que se hará realidad, y sabes que pronto volverás a florecer, más fuerte que nunca.